En junio del año 2018 tuvo lugar el robo sacrílego de la corona de la Virgen del Mayor Dolor, patrona de la villa de Aracena, en la sierra onubense. En el mismo acto también desaparecieron un puñal y tres estrellas del tocado de la Santísima Virgen.
Algo más de un año después, en julio de 2019, apareció la corona al bajar el nivel del pantano de Aracena debido a la falta de lluvias. Lo más probable es que los ladrones, ante la repercusión del hecho, decidieran deshacerse de ella al no saber como actuar para sacarle partido económico.
Esta excepcional pieza de orfebrería fue realizada en el taller sevillano de Manuel Seco Velasco en el año 1945 y tiene la impronta de dicho obrador, con piezas muy elaboradas, un repujado excelente y está realizada en plata de ley. Fue costeada por suscripción popular entre los vecinos tras la guerra civil. Recuerda en sus trazas a la corona de la Virgen del Refugio de la Hermandad de San Bernardo, realizada en el mismo taller unos años antes.
La restauración de esta pieza ha supuesto para mi uno de los retos más importantes a los que me he enfrentado en mi taller. La complejidad era mucha debido al deterioro sufrido por la peculiaridad del caso pero a pesar de eso afronté el encargo con mucha ilusión. Poca prisa y mucha paciencia son fundamentales para un proceso como éste, en el que aprendí mucho.
Fotografías de la corona tal y como apareció en el pantano de Aracena.
Cuando la corona llega a mi estudio ya estaba desmontada y limpia por el taller Dopla.
Lo primero fue la evaluación de los daños que tenia la pieza. Estaba muy dañada en general, con muchos elementos rotos, otros retorcidos y también faltaban algunos rayos e imperiales.
Una de las piezas más deterioradas era la Cruz que remata la corona. Pienso que lo más probable es que al tirarla al pantano diera con ella en el fondo y por eso estaba tan retorcida. Al estar compuesta por múltiples piezas soldadas entre si y otras desmontables no fue fácil enderezarla y recomponerla.
La corona una vez terminada, dorada en el taller Dopla. También se restituyó la pedrería de la ráfaga, que se había perdido casi por completo.
La Santísima Virgen, de nuevo con su corona el 12 de septiembre de 2020.
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