Repujada y cincelada en metal plateado en estilo barroco rocalla, esta corona tiene como destino un pueblo encantador de la sierra del norte de la provincia de Cáceres. La bella Dolorosa que la portará en adelante es obra del sevillano Juan Abascal hacia 1980, adquirida para sustituir a una anterior desaparecida en un incendio fortuito ocurrido en el templo parroquial.
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